En la tierra eiye inle, vivian dos grandes awoses, que eran
adivinos de todas las eiye y estos awoses se llamaban abogbo (el cao), y
lekeleke (garza blanca).
En esa tierra habia un oba, que tenia un hijo que se llamaba
tolo, el cual era jugador y habia gastado todo el dinero que su padre
le habia dado, estando empeñado con el dueño de la casa de juegos,
y tuvo que reembolsarle su empeño con trabajos en el campo del
acreedor, quien le hacia sufrir mucho.
Viendo que no podia quitarse aquella deuda fue a verse con los dos
grandes awoses que eran sus amigos, para ver que hacer para volver a se
libre.
Ellos lo miraron y le salio este ifa ogunda meyi y le dijeron:
ifa verdaderamente ha dicho que el te hace sufrir mucho, esto no es
justo si el te ha dado de comer. Para que la suerte y la riqueza te
lleguen, tienes que darle dos eure a tu ifa, con 4 adie y ademas nunca
revelar nuestro secreto a nadie, ni a tus ahijados cuando los
tengas.
Mas tolo no compro las eure, retorno al campo y trabajando la tierra se
encontro en un hueco muchas barras de oro.
Se libero de acreedor, preparo un banquete e invito a quienes el
creia eran sus amigos, donde corrio el oti, ya pasados de copa,
tolo empezo hablar de todos sus infortunios pasados y del
secreto de sus amigos abogbo y lekeleke.
Al oir decir lo del oro, se le tiraron y le robaron todo, quedando de
nuevo en la ruina mas completa. Volvio entonces de nuevo a casa de los
awoses que eran sus amigos, para ver que podian hacer por el y estos
le dijeron: esto que tienes es lo primero por ser desobediente con los
consejos que tu padre el oba (obatala oshalufen) te ha dado siempre.
Ademas no hiciste los dos ebbo, el primero no le diste las dos
chivas a ifa y el segundo revelaste nuestro secreto. Tu sabes que
tu mala suerte viene por tu lengua y no por nosotros, iboru, iboya,
iboshishe.
Entonces tuvo tolo que pedirle perdon a obatala y darle de comer sus
dos eure a su ifa con sus cuatro adie y entoces cantaba:
“ abogbonia ifa legan igi legan.”