Okunaye vivía en una tierra donde le era muy difícil estar debido a la gran miseria que allí había. Tenía tres hijos y estaba luchando para salir de aquel lugar porque la tierra no producía. Un día al regresar por la tarde a su casa se encontró a su mujer llorando y a sus hijos sin comer. salió desesperado y llegando a las afueras del pueblo vio a un pescador con una cesta de pescado y en un descuido del pescador, Okunaye de robo la cesta, sin saber que el pescador llevaba esa cesta para hacerle una ofrenda a Olofin. Al darle de comer aquellos peces a su familia, todos se enfermaron de muerte, entonces desesperado corrió a casa de Orunmila, quien le hizo osode y le vio este Ifá y le dijo: "sabrás que lo que has robado era de Olofin". Le marco rogación para toda la familia y ebomisi con hojas de salvadera y ponerle pescado a Olofin, uno por cada miembro de la familia y después sarayeye con eyele meyi fun fun. Después de hecho, todo lo anterior, Olofin le concedió una gracia a Okunaye y le dijo que se fuera a vivir para otra tierra.