Olofin tenía una hija, pero la muerte se enamoró de ella, y se lo dijo a Olofin. este se asombró de que Iku, le pidiera a su hija para casarse con ella. Entonces Olofin quien no podía tener distinción entre ninguno de sus hijos, le dijo: está bien, si tú te comprometes en traerme cien cabezas (estas cien cabezas eran fenómenos del otro mundo), entonces tu podrás cazarte con mi hija. pero como Iku era hombre de pensamientos ligeros, pensó cien cabezas, es un fenómeno, es mejor hacerle una proposición y le dijo: Olofin, es para mí muy ventajoso. Cien cabezas para qué?, si usted sabe que hay una cabeza que vale más que cien cabezas juntas. Olofin pregunto: ¿quién es? Iku le contesto: la de igui. Entonces Olofin que sabía que igi era un hombre cumplidor de sus deberes y hacia las rogaciones que le mandaban, acepto la proposición de Iku. Iku salió en busca de igui y se encontró con abo, al cual le conto su entrevista con Olofin y le dijo: si tú me ayudas en esto, yo te aseguro que nunca morirás. Abo acepto y llamo a oga y le dijo: yo necesito que como amigo mío me hagas un favor. oga como era su íntimo amigo le contesto: si, como no. Abo le dijo vete a casa de igui y como es nuestro amigo tráelo para acá, tu no trabajaras más porque si logramos llevarlo a Olofin, estamos salvados. Oga fue a casa de igui y cuando llego este estaba acostado. oga toco tres veces la puerta, pero nadie contesto ya que igui se había hecho rogación y le había salido que no podía abrirle la puerta a nadie, después que se acostara. Oga volvió a tocar e igui contesto: ¿quién es?, yo tu amigo oga, abre. igui le dijo: no, no puedo, estoy acostado. viendo oga que igui no abría la puerta se fue donde estaba aboy le conto lo sucedido. este se encolerizo al saber el fracaso de oga. Entonces abo decidió ir el a buscarlo y como sabía que le gustaba tanto el coco, cogió un coco y se fue para la casa de igui. Toco a la puerta de igui, y este le dijo lo mismo que a oga: yo no puedo abrir la puerta, estoy acostado. abo le dijo: no importa que no me abras toda la puerta, sino un poquito, mostrándole el coco que le traía. este lo hizo así y al estirar la mano para cogerlo, abo lo agarro, lo echo dentro de una caja, se lo puso en la cabeza y salió caminando para llevárselo a Iku. Pero Oya que sabía todo esto, se escondió, y cuando igui era traído por abo, mando un gran remolino y se formó un gran viento. abo cogió miedo, y se fue a guarecer, dejando sola la caja. Entonces oya aprovecho y saco a igui de la caja y le echo nueve manillas a la misma. Pasado el remolino abo siguió su camino. Iku que esperaba en un lugar secreto, cuando oyó el ruido del viento que era: leri noda fitibu, desapareció del lugar donde estaba escondido y abo continuo el viaje a donde estaba Olofin. Onibode, el portero de Olofin lo esperaba; pero abo, que presintió algo, al no encontrar a Iku no quería entrar y daba pasos hacia atrás (faniseyi), Olofin le decía guele (entra), pero abo faniseyi terciaba. Viendo Olofin que abo no entraba, dijo: murele, murele guale (apúrense y cójanlo) y los demás contestaron a abo: firole guale abo firele guele. entonces agarraron a abo y abrieron la caja; viendo que no había nada, Olofin maldijo a abo y dijo: mientras el mundo sea mundo, shango y Oggún te comerán to iban eshu. Ya usted ve la traición. El carnero, la soga y el palo son tres verdaderos amigos, por cuanto el carnero se amarra de una soga, y esta de un palo. Son tres amigos que comen juntos. Hay tres amigos que se están tratando con dos caras, con hipocresía y falsedad.