Habia una vez un hombre que su posicion economica era
buena, por lo que el miraba con desprecio a las personas
de inferior posicion tratando con dureza a los pobres.
Un dia, a las puertas de su palcio se aparecio un hombre
el cual padecia de una enfermedad llamada lepra, cuando
aquel hombre que se creia poderoso por tener la suerte de
poseer riquezas, vio a aquel hombre en la puerta de su
palacio en el preciso momento en el que el daba una de sus
acostumbradas fiestas, llamo a uno de sus criados para que
echara fuera de su presencia al enfermo, que le repugnaba
por aquella enfermedad que le aquejaba.
Pero cuando el criado salio a cumplir la orden que habia
recibido de su señor se conmovio al ver que los perros le
lamian las llagas y que el solamente queria las sobras que
los demas dejaban; el criado a espaldas de su señor le dio comida, agua y vino seco para que tomara y lavara sus
llagas.
Aquel hombre agradecido por las atencion del criado que
desobedeciendo las ordenes que habia recibido lo atendio
sin escrupulos ninguno, le dijo: a partir de este momento
lo unico que puedo darte es mi bendicion y que tanto como
tu y tu familia nunca padezcan del mal que yo padezco.
Pero fijate a partir de hoy en lo adelante veras lo que va
a suceder en esta casa.
Diciendo estas palabras metio la mano en una bolsa que
llevaba en el hombre y saco una cosa extraña en las manos
y la soplo la cual se esparcio en el aire; terminando de
hacer esta operacion se marcho seguido de los perros.
No habia acabado de irse aquel hombre extraño cuando el
señor empezo a cambiar de color y al rascarse se
despellejaba produciendole una llaga igual que la del
hombre que habia expulsado de su casa por la repugnancia
que este le causaba con su presencia.
Los invitados de aquella fiesta, al ver lo que estaba
sucediendo empezaron a irse e incluso los propios criados
al igual que los familiares mas cercanos, temerosos de
contagiarse con aquel mal tan extraño y tan repentino.
Cuando aquel hombre que momentos antes se creia tan
poderoso, se vio en aquella situacion y abandonado por
los suyos, empezo a pedir perdon por lo mal que el se
habia comportado con aquel hombre extraño.
Pero tod fue inutil, no valiendo su dinero ni sus suplicas
pues el habia contraido la terrible enfermedad de aquel
hombre extraño que era la lepra.