Este era un hombre muy enamorado llamado Ogbe Wale, a todas
las mujeres les decía algo, no respetando quien fuera. Un día
enamoro a una omo de Òshun, burlándose de ella
posteriormente, donde ella abochornada no quería tomar ni
comer nada, no haciendo más que llorar. Tanto fue su sufrimiento
que acabo enfermándose de tuberculosis, muriendo a
causa de esta enfermedad.
Pero en esa tierra donde vivía Ogbe Wale cuando se moría una
persona, antes de enterrarla, los familiares acudían a casa
de Orunmila para ver lo que el espíritu quería junto con el
cuerpo. Al hacer el osode, salió Ogbe Wale, donde ese espíritu
estaba bravo con él; Orunmila le dijo a todos los
dolientes que ya la perdida estaba hecha, que vieran a Ogbe
Wale y le aconsejaran de parte de el que hiciera ebbo con la
ropa que tenía puesta, la medida de su cuerpo, maní, maíz,
eku, eya y que echara el ebbo junto con el egun antes de que
la enterraran y que después le diera de comer a eggun y a
eshu.
Ogbe Wale ni hizo caso y siguió en las mismas. Enterándose
eshu de las correrías de este, un día le proporciono una
obini, donde Ogbe Wale comenzó hacer lo mismo que con la
anterior.
Esta mujer guiada por eshu fue al ile de yewa, donde estaba
enterrada la mujer anterior y se quejó de este; sintió una
voz lejana que le decía que cogiera un pedacito de ogungun
(hueso) de su cuerpo y que lo raspara y se lo diera a comer
y tomar a Ogbe Wale. Así lo hizo la mujer.
Ogbe Wale después de haber tomado esa bebida, empezó a
sentir frio, por la acción del ogungun, le empezó una tos
seca y comenzó a quejarse del pecho. Con la tos comenzó a
desgarrarse y murió tuberculoso por no oír los consejos de
Orunmila.