En este camino el hijo queria mucho a su mama y el dia en
que ella murio el la lloraba sin consuelo y pedia a gritos
que no se la llevaran a enterrar, pues el queria siempre
estar a su lado.
Tanto lloro y suplico que por fin lo complacieron y le
dejaron en la casa el cadaver de la madre.
Sucedio que al tercer dia el hedor era insoportable y el
hijo en vez de llevarla a enterrar, comenzo a pedir a
gritos y en mala forma que la sacaran de alli, porque ya
no podia respirar por el mal olor.
Y a partir de entonces el hijo nunca se ocupo de llevarle
flores a su mama al cementerio.