En un pueblo vivia un pajaro que comentaba todo lo que veia u oia,
en fin hablaba de todo el mundo, y fue tanta su chismografia que se
hizo de muchos enemigos, entre ellos muchos muy poderosos.
Un dia en su ausencia, otro pajaro visito su casa y la continuo
visitando y los vecinos no le dijeron nada y murmuraban que si el
se fijaba y estaba al tanto de todo lo ajena porque razon no sabia lo
que estaba sucediendo en su propia casa. Enterado el pajaro hablador de lo malo que estaba sucediendo en su
propia casa quiso matar al pajaro intruso pero no tuvo necesidad de
esto porque se encontro con ozain y al contrale su problema este le
dio unos polvos en su propio ile por lo que el intruso se fue y el
regreso feliz y contento a su casa.
Este hecho le dio mucho que pensar pues sus vecinos no lo habian
alertado de lo que estaba sucediendo en su casa y comprendio el daño
que les habia hecho a los demas inclusive al pajaro intruso al
soplarle los polvos preparados por ozain, por lo que decidio ir casa
de orunmila por adivinacion.
En el osode orunmila le vio este ifa y le dijo: tienes que cuidarte de
caer en una trampa que te estan preparando tus enemigos, que son
muchos y algunos son poderosos, por lo que tienes que hacer ebbo gri
wi (rapidamente), para que te puedas librar de la misma. Por esa
prediccion de ifa este pajaro se asusto mucho.
A los pocos dias los cazadores untaron resina fresca de arboles en
algunas ramas de arboles frutales, por lo que lograron atrapar a
muchos pajaros, pero este pajaro hablador arrepentido se libro de esa
trampa porque habia hecho el ebbo marcado por orunmila pues como
tenia sus patas embarradas de eyerbale al posarse en esas ramas
preparadas no se quedo pegado a las mismas y pudo en cada uno de
ellas alzar el vuelo antes que la resina se endureciera en sus patas.
A ese pajaro hablador le sucedio que la resina se le quedo pegada en
sus patas y no se la podia quitar y cada vez que se posaba en una
piedra calentada por el sol se le ablandaba la resina y la misma se
le volvia a endurecer mientras permanecia volando.
La gente al observar lo que le sucedia al pobre pajaro con sus patas,
comenzaron a recolectar resina de los arboles y a ponersela en sus
pies para evitar el lastimarselos continuamente.