En el Pueblo se tildaba a Orúnmìlà de falso adivino y le prepararon una trampa, la cual consistía en varias gavetas, una estaba llena do oro, la otra estaba llena de prendas preciosas y en la última estaba Ogún, con un machete preparado para matarlo. Llamaron a Orúnmìlà para que éste adivinara y éste fue con su mujer con un cesto lleno de cocos, porque al mirarse vio este Odü y su Ángel lo mandó a que se rogara su Lori con Obí y al efecto, cuando llegó vio las cosas y las adivinó y fue aclamado y respetado. Entonces la mujer de Orúnmìlà como lo había salvado, cantó así. Por este camino la persona, o la señora le ruega a Orúnmìlà con dos cocos abiertos en dos platos, junto con dos Itanná.