Había un hombre que tenía mucho dinero y un día se le presentó otro hombre y le pidió un favor, que le guardara un saco. El rico se lo guardó sin ver lo que tenía el saco, (en realidad el saco lo que tenía eran granos de maíz). A los pocos días volvió el dueño del saco a recogerlo, el rico llamó a su criado para que le diera el saco, el dueño del saco al ver que le devolvían el mismo saco que él había llevado, empezó a protestar diciendo que ese no era su saco, que su saco estaba lleno de dinero, negándose a recibirlo, hasta que el rico viendo que él iba a quedar como un ladrón, para no verse en líos de justicia, decidió llevarse el saco de dinero y entregárselo.