Shàngó y Ogún eran amigos, los dos fueron en el Mundo muy temidos. La gente empezó con muchos chismes y lograron disgustarlos, declarándose la guerra. Ogún puso estacas de hierros en la tierra para esperar a Shàngó, pero éste no bajó a la tierra, sino desde el cielo mandó rayos, teniendo Ogún que refugiarse en la loma y allí se reconciliaron, comprobando que los chismes de la gente era lo que los había separado.