En la tierra yesha vivia un awo que se llamaba adebinpe, el cual era hijo de oyekun bika lomi y siempre le gustaba estar metido en el rio a pesar de la prohibicion de sus padres en ese sentido.
Un dia, en un descuido cuando estaba bañandose vino una crecida y con un madero que venia flotando en las aguas, de un gran golpe le llevo la boveda craneana y quedo inconsciente.
Los jimaguas lo encontraron a la orilla del rio y empezaron a cantar:
“odelesiri adebimpe oyekun bika lomi Ofi ori ya igui idiolodio”.
Cogieron su cuerpo y lo llevaron a casa de orunmila, este al ver asi a su hijo le hizo osode y le salio este ifa donde le hablaba de la perdida de la boveda craneana.
Orunmila le hizo ebbo para restaurarle el craneo, pero resulto que no habia igba en esa tierra y entonces los jimaguas le dijeron a orunmila: “nosotros sabemos donde hay y es en ana ire (camino de las cabezas). Alli hay una gran mata”; y hacia alli salieron los jimaguas cantando:
“olori ariku doja ashe leri oleori olori ariku doja akoniko olori ariku doja she leri olori ariku doja okonoko olori ariku doja ashe niko olori ariku doja ashe ariwo.”
Y llegaron al arbol, cogieron la igba y la llevaron donde estaba orunmila, este cargo con los secretos del arbol y la forro de tela de cuatro colores y le cosio los dilogunes por fuera, entonces poniendola en el ate comenzo la ceremonia de la consagracion de ori. Encendio dos itanas y comenzo a antar los suyeres:
“igba lori iro 2 iro lobi obo 3 obolobi namajo 4 namajo lobi agama 5 agama eshusa lobi oyibona, lobi a fi ikere tikere aba 11 atoladola Igbada adifafun orunla 12 orunla nikatibara tikun katjere tijere orunla mi oko yunle orun”.
Despues cogio esta ori y se la puso cubriendo los sesos de adebinpe y este volvio en si alcanzando su grandeza gracias a ori, los ibeyis y el poder de ifa.