Habia una vez un awo que tenia muchas mujeres y muchos hijos entre sus mujeres. La favorita de ellas era akonde, quien a su vez era tirana con el resto de las mujeres del awo, llamado awo akuan.
Akonde, la favorita, odiaba con todo su corazon a marako, otra de las mujeres de aquel awo, la cual tenia un hijo llamado katizo, quien tambien como su madre, acaparaba los desprecios de awo akuan y su favorita akonde.
Cuando ya katizo hubo crecido lo bastante, cansado e tantos desprecios, le dijo un dia a su madre marako, prepara todas las clases de semillas y vamos a buscar
Un lugar mas apacible para vivir. Para donde iremos hijo?. La selva nos dara cobijo y las estrellas velaran nuestros sueños,le respondio katizo.
Salieron madre e hijo al camino y despues de varios dias de intensa marcha, llegaron a un zarzal que en medio del camino les impedia el paso, mas katizo, prendiendo lumbre con la estopa y la piedra de fuego, quemo el zarzal y con el mismo se quemo una gran extension del bosque, donde levantaron una choza y plantaron las semillas.
Nacieron y crecieron las plantas, maduraron los frutos que atrajeron a ese lugar multitud de animales que el valeros katizo daba muerte con su lanza maravillosa y milagrosa.
Sucedio que un dia aparecio un elefante, que a punto estuvo de arrasar la hermosa plantacion y la certera lanza de katizo se clavo en su lomo, sin que lograra darle muerte. Herido el elefante huyo con la lanza maravillosa, dejando al joven indefenso entre las fieras y demas animales salvajes y dañinos de la selva, que alli acudian en busca de frutos, por lo que katizo, despidiendose de su madre, salio en persecucion del elefante herido, siguiendo el rastro que dejaban sus Grandes patas y caminando 4 dias y 4 noches sin descansar, llego a un lugar jamas visto por el, cuyas tierras suaves y brillantes circundaba un enorme rio, del que alcanzaban sus ojos ver la orilla opuesta. Se trataba de la arena y el mar, era el mar y junto a el en la playa, yacia muerto el elefante herido, apoderandose el de su lanza.
Cuando se disponia a regresar a la selva, vio venir por el rio una barca y dentro de la misma hombres, que al llegar a la costa y ver al elefante muerto, le dieron abundantes regalos por los colmillos de aquel animal. Despues le hicieron una choza y le pidieron que les Enseñara el pais de los elefantes.
Katizo, al verse con tantos regalos a cambio de los colmillos, se acordo de su madre, de su padre, de sus hermanos que nunca habian visto el mar, ni habian comido sal, ni sabian de la existencia de aquellos hombres, que le daban tantos dulces y cosas bonitas. Partio entonces en busca de ellos y poblo aquella costa.
Paso el tiempo, feliz para todos, hasta que un ia la envidia se anido en el corazon de sus hermanos y esta que es mala consejera lo indujo a matarlo.
Katizo, que habia enseñado a pescar a sus hermanos, un dia no volvio de una pesqueria, pues estos le habian arrojado al mar y llorando hipocritamente su desaparicion, regresaron a a la tierra con la terrible noticia de que las grandes olas se lo habian llevado con ellas.
Pero katizo no habia muerto, una enorme tortuga lo condujo sobre su carapacho hacia la costa, lejos del poblado donde este residia con sus hermanos.
Andando y andando, katizo llego a su pueblo, cuando sus hermanos ya habian comenzado las fiestas funebres en su honor. En la noche anterior a la terminacion de estos ritos, al llegar a la casa y enterarse de la noticia que le contaron su madre y su mujer, decidio permaner oculto de todos.
Al dia siguiente iba a celebrarse el rito del eggun, en el que la viuda escogeria un nuevo marido entre los hermanos del difunto y en el momento de darse inicio a esta ceremonia, se presento ante todos el gran katizo, que dando cuenta a su padre de la infamia de sus hermanos, les dijo a todos en voz alta: “marchense de aqui, volved a vuestro pueblo del interior del bosque, al pais donde no se come sal y donde vuestros ojos no volveran a ver este inmenso mar en el que habeis querido darme muerte”, y quitandoles cuanto le habia dado, los arrojo de alli.