A un cosechero le anunciaron que yemaya le iba a mandar una suerte
pero que no renegara ni le hiciera mal a nadie. Por la noche en su
estancia noto la presencia de unos extraños y en vez de dispararles,
lo hizo al aire, y los extraños que eran piratas, se asustaron y
huyeron, dejando
El gran botin de dinero.