Era un hombre de costumbres antiguas y severas llamado aratako, que
tenia un hijo ya mayorcito; cuando ese hombre habria su boca todos
temblaban. El tenia alrededor de su casa una gran extension de
tierra sembrada de arboles frutales.
En una ocasion se aparecio un pajaro que comenzo a comerse todas las
frutas maduras por lo que las echaba a perder. El hombre decia; el
dia que capture al intruso lo otoku por ole (lo mato por ladron).
Ese pajaro era de plumaje negro con un collar blanco en el cuello. A
los pocos dias aratako comprendio que el depredador era un pajaro, por
lo que puso pega en las ramas de los arboles que mejores frutos
tenian y asi logro capturar al pajaro.
Aratako llevo al pajaro para su casa y le advirtio a su hijo y a los
hermanitos de este, que si lo dejaban escapar les cortaria a ellos las
orejas. Puso al pajaro dentro de una jaula y salio a realizar sus
negocios. Cuando el pajaro que era muy inteligente vio que su
captor habia salido les dijo al joven y a los hermanitos de este: si
me abren un poquito la puerta de la jaula voy a dar del cuerpo
un monton de cuentas de todos los colores para ustedes. Ellos
dominados por la curiosidad abrieron un poquito la puerta de la jaula
y el pajaro evacuo un monton de cuentas de corales y canto: “iyon,
iyon, iyon”.
El joven responsable de la vigilancia del pajaro y de sus hermanitos
se quedaron asombrados al ver tantas cuentas de coral. El pajaro les
dijo: si me abren un poquito mas la puerta de la jaula para poder ver
el sol corregire azabaches. Ellos asi lo hicieron y el pajaro cumplio
su palabra y cantando: “iyon, iyon, iyon “ corrigio una enorme cantidad
de azabaches. Poco despues el pajaro les dijo: si me abren un poquito
mas la puerta, pues no deseo que la abran del todo, les dare cuentas de
todos los colores. Ellos asi lo hicieron y el pajaro dejo un reguero
de cuentas de todos los colores que alcanzaban para hacerles collares
a todos los vecinos de aquella tierra, y emprendio el vuelo
abandonando la jaula.
Aratako regreso por la tarde a su casa y al ver aquel enorme
reguero de todo tipo de cuentas de collares en el piso de su casa,
sus hijo menores le dijeron: papa, todo eso lo cago el pajaro ladron y
se escapo. Aratako al ver a su hijo mayor cabizbajo le pregunto acerca
del problema. El hijo le contesto: el pajaro nos engaño pues nos
pedia que le abrieramos un poquito la puerta de la jaula para
respirar aire puro y ver la claridad del dia y a cambio cagaba
corales, azabaches y cuentas de todos los colores y asi se fue.
Aratako monto en colera y los zurro con un bejuco y con su cuchillo
les corto una de sus orejas por no haber sido capaces de cumplir sus
ordenes.
El muchacho sangrando, se dirigio a donde estaba azojuano que vivia
cerca de esa casa y le conto lo sucedido. Azojuano lo curo con las
siguientes ewes: alacrancillo, anacaguita y algarrobo. El muchacho
que tenia poder, cuando se le cicatrizo la oreja, le dijo a su
padre; padre, bendigame porque voy al monte en busca del pajaro, y
mientras no lo capture no regresare. El padre aratako le echo su
bendicion.
El joven salio para el monte llevando un saco de maiz, un tamborcito
y una sillita. En medio del monte, cuando el sol salio, vio a un
grupo de pajaros y los rodeo con granos de maiz y comenzo a tocar el
tamborcito y todos los pajaros menos uno negro que miraba apartado, se
acercaron a bailar. El joven al avistar al pajaro receloso
comprendio que ese era el pajaro ladron que lo habia engañado.
El pajaro habia visto al joven en cuanto este entro al monte, por
lo que se aparto lo mas posible y no se bajaba de la rama en la que
estaba posado. Todos los pajaros bailaban y comian al compas de la
musica del tambor y el pajaro ladron que tambien queria bailar y
comer no se decidia a bajar y solo observaba al joven y este
dandose
Cuenta de eso se hizo el distraido y como en deseo de comer y de
bailar era tan intenso en la personalidad del pajaro ladron, dejandose
dominar por el mismo bajo de alta rama y comenzo a bailar y a comer, y
bailo tanto que se agoto fisicamente, oprtunidad que esperaba el
joven para capturarlo y asi lo hizo.
Cuando el joven regreso a su casa con el pajaro ladron, le dijo a su
padre: padre, aqui tienes al pajaro ladron, ya cumpli mi promesa de
traerselo, ahora pongame la oreja que me corto.
Aratako confecciono una oreja con: cera y lana de algodon y se la
pego a su hijo, pero la misma resulto ser mas chica que la otra. Y
desde entonces todos tenemos una oreja mayor que la otra.