En un pueblo llamado ika roso existia el contrabando, el robo y el
crimen ya que el gobernador estaba muy viejo ara esas funciones y
sus ayudantes que eran oggun y elegba estaban implicados pero no
se les podia probar nada.
El oba de aquel pueblo era obatala que cansado de tanta corrupcion
decidio entregarle el mando al hombre que fuera capaz de moralizar
aquellas gentes.
Por ese tiempo llego a dicho pueblo un hombre desconocido por todos,
que no hablaba con nadie y se comportaba correctamente. Enterado de
lo que alli sucedia se le presento a obatala y le dijo: permitame
hacerme cargo del mando de esta tierra y deme una eyele fun fun,
ori, un omo olofin y oñi para arreglarle esta situacion. Ese
hombre desconocido que era osun.
Obatala le entrego todo lo que le pidio con tal que resolviera
aquella situacion y porque le dio la corazonada de que aquel hombre
era honesto.
Osun al salir de la casa de obatala se dirigio al monte donde se
interno buscando un buen tronco de palo moruro rande y resistente, en
eso vio a eshu y le dio un akuko que llevaba y le rogo que lo
ayudara a descubrir quienes eran los jefes de todo aquel desorden.
Eshu se comprometio a ayudarlo. Osun corto el palo moruro, lo lavo
con omi olofin, le dio la eyele y despues le dio ori, efun y
regreso para su casa.
Al caer la noche osun salio de su casa con el tronco de moruro al
hombro y salio caminando hacia donde eshu lo guiaba y al llegar a
donde habia un buen grupo de hombres vio entre ellos a oggun. Osun se
iba a dirigir al grupo, pero fue detenido por eshu que le dijo: espera
un poco. Al poco rato llego elegba y se unio al grupo; como elegba y
oggun eran los que dirigian al ejercito de obatala osun comprendio
que ellos lo estaban traicionando y que asi obatala nunca podria
capturar a ningun delincuente, pues la mayoria del contrabando era de
armas, o sea de arcos, flechas y lanzas para en el momento preciso
hacerle la guerra a obatala.
A una señal de eshu osun se abalanzo al grupo comenzando a dar golpes
con los troncos o bates de moruro y aquellos hombres cogidos de
sorpresa se dieron a la fuga creyendo que detras del que daba los
palos venian mas hombres y oggun, elegba y oshosi que tambien estaba
alli se quedaron solos y al verse descubiertos por osun le rogaron
que
No los denunciara ante obatala y osun les dijo: esta bien, pero
ustedes tienen que terminar con el contrabando, los robos y los
asesinatos.
Ellos aceptaron y por orden de osun le llevaron aquellas armas a
obatala. A partir de ese momento elegba, oggun y oshosi hicieron un
pacto con osun y el pueblo comenzo a andar bien y obatala le
agradecio a osun y cuando se disponia a ofrecerle que compartiera
con el la responsabilidad del gobierno osun desaparecio.
Obatala en agradecimiento y honor a osun le ordeno a sun pueblo que
todos los años tenian que adorar y ofrendar la mata de moruro para
asi recordar la memoria de aquel hombre desconocido y desinteresado
que resolvio la situaion de su pueblo. Obatala colgo flechas, arcos y
lanzas en aquella mata para recordar que gracias a osun no hubo
guerra en su pueblo.