Este era un gran artista que le está haciendo un altar a Obatalá, estaba muy contento con la obra de Obatalá, en recompensa todas las tardes le daba una jícara de ekó y .gran cantidad de joyas y piedras pero Obeyono no se ocupaba de la jícara de ekó y se la regalaba a su aprendiz, el cual después de tomársela, se llevaba las riquezas para su casa. sin decirle nada a su maestro. Cuando se terminó la obra, Obatalá le dijo al artista que él no podía quejarse, porque él lo había recompensado bien. Al artista le extrañó eso de Obatalá y al preguntarle éste por las jícaras de ekó, Je contestó quo como siempre él estaba ocupado en su trabajo, se las había dado a su aprendiz. Por eso se quedó en la miseria, pues el aprendiz con aquel dinero montó un taller de Obeyono, tuvo que ir a trabajar allí como esclavo y para mayor castigo, Obeyono se enfermó del estómago y para curarse tuvo que tomar ekó en jícara y untárselo por la barriga y el ombligo.