Ayé, era la Obini de Olókun, siempre estaban en disgustos y peleas, hasta que llegó un día que Ayé se pelea con Olókun y se fue del ilé. El día que ella se fue tocó la coincidencia que Yemaya se pelea con su Okuni y se fue para el ilé de Olókun, éste la recibió y se quedó viviendo allí (Desde que ella llego cualquier cosa que ella hiciera por chiquitas que fuera, se volvía más grande y donde quiera que pusiera los pies, hacía un RIO. En eso Ayé mandó a su hijo al ilé de su Padre Olókun, para que le trajera epó, que se le había olvidado. El muchacho al llegar al ilé y ver tantos Ríos, salió corriendo muy asombrado, a contarle a su Madre todo lo que había visto allí. Ayé al oír esto, salió muy presurosa para casa de Olókun a reclamarle a Yemaya que ella era la mujer de Olókun. Olókun le contestó que ella no podía ser más su mujer porque Yemaya se había puesto en su lugar y era la dueña de la casa, por mucho que peleo nada consiguió, entonces lo que hizo fue quedarse ella a vivir junto con Yemaya. La gente al ver a las dos mujeres viviendo en la misma casa, empezaron a hablar y hacer comentarios, que como era eso, que Olókun tenía dos mujeres juntas, él contestaba: porque yo lo puedo hacer.