Olofin mandó a buscar a todos los santeros y adivinos porque había muchos muertos y él quería saber que se hacía para evitarlo. Cuando llegó el primero y tocó a la puerta le salieron al encuentro el carnero, el chivo y la gallina y le dijeron que no entrara, que se fuera a la carrera y les avisó a los demás, de que Olofin los estaba buscando para matarlos. El santero se fue precipitadamente para el monte y se escondió en un árbol hueco que allí había. Poco rato después pasó una mujer embarazada, que era cortadora de leña y se dirigió al árbol para cortarlo y cuando se dirigió al mismo lugar donde estaba escondido el santero, éste salió y le empezó a adivinar. Entre las cosas que le dijo, la primera fue que ella iba a ganar mucho dinero. La mujer fue y se lo contó a Olofin, y éste mando a que lo localizaran inmediatamente. El santero temeroso le mando a decir que él ya sabía para lo que él lo quería, que era para matarlo y que tampoco él podía ir a pie. Olofin le mandó un caballo y cuando llegó el Santero se dirigió a Olofin y le dijo que los muertos que él había visto eran por causa de los chismosos que estaban dentro de su casa, que eran el carnero, el chivo y la gallina. Olofin los manda a matar a todos, cogiéndolo para el Ebo. La mujer que vendía leña se hizo rica y se encontró un hacha de Oro.
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