Orúnmìlà no se ocupaba de los santos y andaba de pueblo en pueblo metido a luchador. Un día le dijo que no se dejara tumbar y a los pocos días lyegi Cibi príncipe se dejó tumbar, pero cuando el príncipe se fue a enderezar, no pudo y empezó a gritar, por el dolor que sentía en la barriga.
Fueron a casa de Orúnmìlà para que lo examinara. Y éste le dijo que tenía q hacer rogación para poderse salvar porque lo habían amarrado durante la lucha con una tripa: Les hicieron la rogación a todos los santos, comieron y bebieron. A la persona que le salga este Odü, tiene que pagar.