El hijo de Órúnmilà se puso a porfiar con el hijo de la muerte a que la Luna no salía esa noche. el hijo de la muerte decía que sí. Órúnmilà cuando se enteró le preguntó a su hijo qué era lo que pasaba y éste le dijo lo de la apuesta, viendo Órúnmilà que su hijo iba a perder todo lo suyo tuvo que hacer ebo enseguida con ekó, manteca do corojo y ponerlo en la loma. cuando la luna estaba preparada para salir, salió un perro antes y se revolcó en el ekó, ensuciando a la luna. Esta se disgustó de tal manera que no quiso salir más hasta pasado tres días. Así fue como ganó la apuesta el hijo de Órúnmilà, al de la muerte.
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