En la tierra yebu habia un rio muy grande y de aguas limpias que era muy soberbio y orgulloso. Odo decia que ningun rio era tan hondo y tenia tanta agua como el. Las mejores plantas crecen a mi orilla, los mejores peces nadan en mi agua, mi fondo es de arena fina y el mar me recibe con placer porque le endulzo sus aguas saladas, el sol, la laguna y las estrellas se miran en mis aguas. Esa era la vanidad de odo que era el oba de la tierra yebu. Cuando en aquella tierra le fueron a dar el dominio a los sabios en su tierra arenosa vieron iroso tunialara y le dijeron: la ingratitud es hija de la soberbia. En eso en la tierra yebu llego la primavera y con ella oyuro y de pronto empezaron a enturbiarse las aguas. Que sera esto?, Quien sera el atrevido que me revuelve la arena y el fango del fondo?, Quien me ha hecho crecer asi y salir de mi cauce?, Esto no puede ser. Odo como era soberbio no se acordo de lo que los viejos le dijeron, cuando crecio y le vieron iroso tunialara y en vez de ir a ver a orunmila, salio a ver quien era el que le causaba aquello. En eso vio que un arroyo crecido por las lluvias entraba en el entronque y llevaba gran cantidad de agua amarillenta y revuelta, llena de hojas secas y ramas de arboles y enfrentandose con el arroyo le dijo: ni tu, ni ninguno de tu familia esta autirizado para traerme sus aguas sucias, vienen a perturbarme y a robarme mi dicha, vayanse lejos de mi a las cienagas y a los pantanos y de esta forma lo desprecio. Entonces los arroyos que eran hijos de oshun iyumo como estaban ofendidos por la soberbia ciega de aquel rio, fueron a darle las quejas a su iya tobi y esta se sintio muy herida por iroso tunialara, que era el nombre de oba odo en la tierra iyumo y ella le mando a todos sus hijos los arroyos, correr por otro lugar y como que los arroyos eran abure akuani de bebe odo (los manantiales), estos tambien se sintieron ofendidos por oba odo y se fueron con los arroyos y este se quedo sin alimento y fue quedandose pobre hasta convertirse en un hilo miserable de agua. Aqui y alla en su cauce seco se veian algunos charcos de agua estancada por donde se pudrian a montones las hojas y los peces y luego se fueron secando los igui a su orilla y los pajaros que en esto vivian se fueron huyendo. Ni olorun, oshupa ni irawo volvieron a mirarse en el seco cauce del rio que habia sido abandonado por los arroyos y los manantiales. Entonces olokun se preguntaba: que se habra hecho de oba odo?, Aquel rio que me traia por aqui sus aguas en otros tiempos?. Olokun fue a ver a orunmila y alli se encontro con oshun iyumo que le dijo que a oba odo lo perdio su soberbia y su ingratitud, porque no se acordo que cuando nacio iroso tunialara era el mismo.