Había un rey en la tierra de Ofá, que estaba sumido en un
ambiente de traición por parte del personal que componía la
corte. A medida que el tiempo pasaba, la situación del rey
era más tensa, por lo que llego a enfermarse.
En este pueblo vivía un hombre mayor de apariencia pobre y
de creencias religiosas. Este hombre presintió que debía ir
en busca de un adivino, para que lo orientara en arreglar su
situación.

Se dirigió a casa de Orunmila, quien le hizo osode y le
salió este Ifá, diciéndole que hacia él venia una gran suerte,
Algo que iba a cambiar completamente su vida y que se convertiría
en un hombre importante y rico, pero que para que
esa suerte llegara, tenía que hacer ebbo. El hombre lo hizo y
poco tiempo después de realizada la ceremonia el rey de ofa
murió.

El pueblo se reunió para elegir a un nuevo monarca y decidieron
nombrar rey a aquel viejo que tenía ideas religiosas.
Los que lo eligieron pensaron que como en nuevo rey tenia
muchos años no viviría mucho tiempo, pero después de ocupar
el cargo, el viejo gozo de buena salud y su gobierno le fue
muy beneficioso al pueblo de Ofá y él se sintió muy
orgulloso y cómodo en su actividad de mando.