Habia una vez un famoso guerrero como entonces otro no se
conociera, mas en una reyerta con los de la tribu aledaña
a aquella, aquel famoso guerrero que se llamaba ngema
eshugo, logro dar muerte a uno de sus jefes principales.
Un hermano del difunto que se hizo cargo de la direccion
de la tribu, solo penso desde aquel momento en destruir al
poderoso pueblo osumo.
Para ello decidio reclutar a algunos de los guerreros mas
notables de las trubus amigas, con este proposito se
dirigio a la tribu dishabifos, donde consiguio la adhesion
del temido ekang ngomo, visito despues a otro guerrero muy
admirado por sus hazañas de la tribu esheg llamado euese
suegue el que acepto tomar parte en la empresa, siempre
que se consiguiera la union de los muy conocidos olomonbue
(guerreros de mucha fama) de la tribu obang y nomlee milak
de la familia yabon.
El enfurecido hermano logro la union de todos estos cabecillas,
que 4 dias mas tarde se reunieron al frente de sus
huestes en un lugar determinado, para estudiar el plan de
batalla.
Entonces dio comienzo la gran ofensiva contra el pueblo
osumo, esta invasion se dirigio al pueblo dencema eshugo,
en cuya cercania acamparon, segun era costumbre enviaron a
los osumos emisarios, para comunicarles que en breve plazo
si no se rendian, llegarian al poblado para saquearlo, por
la fuerza.
Cuando esta noticia llego a osumo, un renombrado guerrero
por nombre beko bense convoco al pueblo y les prometio que
el solo haria frente a la invasion, beko bense, ademas de
por su destreza en las armas, alcanzaba gran fama con el
poder que le otorgaban los maravillosos secretos que
poseia y para demostrar este sus recursos ante el pueblo
que le escuchaba eceptico por tal locura, realiza las
siguientes pruebas.
Mando a traer un abo de los mas grandes que hubiera, un
racimo de platanos de los mas hermosos, y una ayakua, asi
como una olla lo suficiente capaz de cocinar en ella tan
abundante comida. Encerrado en una casa completamente solo
y con vigilantes a la puerta, preparo el abo y el racimo
de platanos y la ayakua que en aquella misma noche consumio
sin dejar el mas leve indicio del monstruoso banquete.
A la mañana siguiente para el asombro de los que entraron
en la vigilada choza fue indecible, reunidos despues de
concluir esta primera demostracion, todos los hombres
estaban reunidos en la casa de la palabra, mando a que le
llevaran un gran cesto, una vez en el rio donde todos lo
acompañaron, aquel hombre maravilloso, despues de haberlo
sumergido en el agua, saco lleno de agua aquel cesto, no
se perdia ni una sola gota por los infinitos agujeros que
tenia el cesto tejido.
Con el agua del cesto hizo que cada uno de los presentes
rociara sus brazos y sus piernas, cosa que la multitud
obedecio convencidos de que aquel hombre poderoso podia
ser capaz de resistir el solo la invasion anunciada.
Pero aun mas, consiguio una fibra finisima de un platanero,
la atraveso en medio de la calle atada en lo alto por
ambos extremos; retirado a una distancia prudencial tiro
hacia ella su lanza partiendola en dos partes perfectamente
iguales.
Todo esto produjo el asombro del pueblo, que creyo en el.
El siguiente dia de haber acaecido estos hechos tan notables,
era anunciada la inavasion, que fue retenida por el
tupido y resistente vallado que cercaba al poblado osumo.
Olonomlee, el jefe principal de la invasion, dirigiendose
a beko bense, lo convido a abrir la puerta de la valla,
pero este le dijo, que antes era preciso que se retiraran
a una distancia prudencial.
Asi lo hicieron los invasores en tanto beko bense, abrio
un estrecho pasadizo, por el cual apenas si cambia una
sola persona de frente.
Al intentar pasar uno por uno, los cuatro guerreros
extranjeros fueron clavandose sendas lanzas manejadas con
la misma precision que antes lo hiciera al romper la
delegada fibra de platano.
Asi murieron aquellos jefes de la invasion al pueblo
osumo; al darse cuenta de lo ocurrido, los guerreros
invasores corrieron temerosos a refugiarse en el cercano
bosque, donde permanecieron el resto del dia.
Buscando venganza, los vencidos al ver que por medio de
las armas nada podian hacer contra el pueblo osumo, decidieron
darle candela al pueblo y huir.
Llegada la noche, asi lo hicieron, pero beko bense, no
solo destruyo a los jefes de la invasion, sino que al
mismo tiempo con el agua que aun tenia en el cesto, pudo
apagar el fuego que presagiaba la destruccion del pueblo,
pudiendo vencer a los que lo querian destruir.