Shango se subio a yemaya en sus hombros y asi entraron en el granero de olofin y le robaron el mani.
Citados todos los santos para ser interrogados, cada uno de ellos justifico donde se encontraba cuando el mani fue
robado.
Al ser interrogado shango y no poder justificar donde se encontraba, le dijo a olofin: papa, estas manos no han
tocado, no es robo. Interrogada yemaya, les contesto:
Estos pies no han tocado el piso de su granero.
Olofin comprendio que ellos eran los ladrones, pero por las contestas tan ingeniosas que le dieron, no los
inculpo.