En este camino es cuando ogbe she bajo a la tierra y lo hizo
en ikole con una flauta y comenzo a hacer el bien a todos.
Pero los de aquel lugar que eran de raza negra, no lo
consideraban y se burlaban de el porque era flautista. Tanto
fueron los vejamenes y atropellos que recibio, que penso en
irse de aquella tierra. Pero antes de hacerlo se hizo osode
y se vio su signo ogbe she donde ifa le mando hacer ebbo y
que cuando saliera del pueblo se lo entregara al primero que
viera sentado.
Asi lo hizo, y al pasar por la playa a quien se encontro fue
a eshu, que se encontraba en la arena; al entregarle el ebbo
eshu le pregunto: ¿que cosa te sucede? Ogbe she le conto
todo y eshu le dijo: espera un momento que voy a comerme el
akuko del ebbo. Despues que termino le dijo: ahora toca la
flauta que deseo oirte; ogbe she toco su flauta y eshu se
quedo encantado, diciendole: como es que esos negros brutos
no han sabido apreciar tu maravilloso don, ni los buenos
consejos que les has dado y te han hecho sufrir. No vuelvas
a esa tierra, por su falta de respeto y desconsideracion;
yo eshu la maldigo. Cruza el mar y a la tierra que llegues,
en la playa, junto a la arena, alli me encontraras.
Ogbe she se embarco y cruzo el mar, llego a la tierra de los
blancos que eran isleños (islas canarias) y desembarco.
Los isleños lo observaban y como vieron que era una persona
noble, buena y limpia, que daba buenos consejos, lo
respetaron y consideraron. Ogbe she se sentia muy feliz y
contento.
Sucedio que el pueblo yoruba comenzo a pasar trabajos desde
la partida de ogbe she, se dieron a la tarea de buscarlo
para que regresara y cuando lo encontraron, este se nego a
volver.
Se quedo viviendo y trabajando ifa en la tierra de los
blancos.