Habia una aldea que en el entrada vivia un akuko en un igui de moruro, este akuko, era el vigilante del
pueblo, cuando este otoku, el awo del pueblo, osode para ver lo que sucedia y hacer las obras necesarias
y poder asi poner otro akuko vigilante.
Un hombre que se dedicaba a recolectar viandas de avenas en la playa para despues revenderlas, se
encontraba muy mal y su negocio no prosperaba y fue a ver a orunmila y este le hizo osode y le vio este
ifa y le dijo: todos sus atrasos se deben a la brujeria que sus enemigos le estaban haciendo y le mando
ebbo con la brujeria que viera cerca de ile.
Lo primero que se encontro fue un akuko, que le habian echado en su patio, lo agarro y se lo llevo a
orunmila, quien le hizo ebbo despues lo mando a enterrar a un igui de moruro de su tamaño y que alli
pusiera a vivir al akuko sobre el igui.
Despues de hecho el ebbo, la gente vinieron a buscar al vendedor de avenas y los placeros los mandaban
donde estaba el hombre del akuko, tanta gente iba a comprarle, que prospero y dejo de comprar productos
averiados, entonces todos los dias el akuko que era de Shango y oduduwa lo despertaba a las 4 am este
iba a comprar en la plaza los productos al por mayor y detallarselo al publico, cosa que no hacia en la
plaza.
Tanto llego a prosperar en sus negocios, que llego a tener relaciones con los mejores comerciantes de
aquel pueblo y gano mucho dinero.
Un dia fue a casa de orunmila y le dijo que tenia que hacerse una ceremonia con el igui y el akuko, le
mando a traer desperdicios de la plaza y los puso junto a igui y le dio unyen el akuko y rezaba:
“osun duro kola, Otura bairosun dubule ni timbeduro ni adeni gagameta balomi ile loya.”
Despues le hizo ifa y le salio Otura rosun, donde orunmila le dijo: esto que te hecho, lo tienes que hacer
con frecuencia, para que tu suerte en el mundo se mantenga y le das eyerbale de akuko a todos los
rincones de tu casa y asi fue como Otura rosun acabo de afirmar su suerte en la tierra.