Habia un rey muy avaro y orgulloso, quien se creia el amo y señor del
mundo. El tenia una hija y cada vez que tenia un pretendiente al padre
no le parecia bien, a la vez que lo demetritaba y lo despreciaba pues
para poder desposarse con la princesa, el rey exigia una dote excesiva,
la cual nadie de ese territorio poseia.
En unos de sus viajes, orunmila llego a ese pueblo de ife, y estando
instalado en uno de sus paseos vio a la muchacha quedando enamorado de
ella y lo mismo sucedio con ella hacia el.
Al siguiente dia orunmila se dirigio a palacio a ver al rey, para
pedirle la mano de su hija. El rey no puso obstaculo alguno y le
dijo: buen hombre, si usted quiere a mi hija por esposa, usted tiene
que pagar una dote por ella pues eso es tradicion en nuestra familia.
Al dia siguiente orunmila llevo todo su capital a presencia del
rey y este viendo que no podia demeritar a orunmila, le puso un nuevo
requerimiento donde le dijo que tenia que pedir limosna durante tres
meses de casa en casa.
El rey lo que queria realmente era humillar a orunmila y a la vez
despreciarlo pues le hacia ver al pueblo que el era de buenos
sentimientos al darle la mano de su hija a un menesteroso y de esa
forma limpiaba sus culpas. Ante este nuevo requerimiento del rey
orunmila acepto.
Orunmila comenzo en su casa a pedir limosna a todo el que necesitaba de
el a la vez que hacia rogaciones, oparaldos, inshe ozain y fue tanto la
fama que alcanzo durante esos tres meses que a la vez incremento su
capital de nuevo.
A los tres meses orunmila fue a presencia del rey acompañado de
una enorme multitud, el rey al ver aquella manifestacion nunca vista en
esa tierra, hipocritamente le dice: estaba esperando a su persona para
decirle que le cedo la mano de mi hija la princesa, pues usted es
un verdadero rey.