Era una tribu cuyo jefe era muy admirado por la forma en que
gobernaba su pueblo. Ese hombre cuyos conocimientos eran vastos,
tenia multiples enemigos dentro y fuera de su tierra y sabedor de esa
situacion siempre estaba previendo una traicion en la que pudiera ser
derrocado como rey y que le pudiera costar el destierro o la muerte.
Un dia ese rey tuvo conocimiento que una de las tribus vecinas se
estaba preparando para hecerle un ataque sorpresivo para destruir su
tierra y su pueblo. El convoco a su estado mayor y en consulta
realizada al oraculo de ifa se vio este oddun de ifa que le
recomendaba la conveniencia de trasladar el poblado para un lugar
mas alto y seguro, pero que ese traslado lo tenian que efectuar lo
antes y secreto posible o de lo contrario todos podian perecer.
El jefe dio las ordenes pertinentes y en marcha nocturna y al amanecer
siguiendo hacia la salida del sol llegaron a un camino que terminaba
ante un arbol gigantesco que les obstaculizaba el paso, como aquellos
hombres eran fuertes y resistentes abrieron un hueco a traves del
ancho tronco por que pudieron pasar y despues rellenaron con rocas y
a poco de caminar llegaron a la orilla de un gran lago que de nuevo
les impedia el avance pues desconocian la profundidad del mismo
mas alla de la orilla y no podian poner en peligro de morir
ahogados a los niños y a las mujeres.
Hicieron un alto en su orilla y despues de descansar un rato ,
continuaron caminando por la orilla del lago. Mas adelante todos los
niños, mujeres y algunos hombres se internaron en un monte cercano en
busca de alimento excepto una mujer recien parida que se quedo en la
orilla del lago. Observando aquella mujer el extenso lago que les
retenia su marcha vio con asombro avanzar hacia ella caminando
por el centro del lago un animal rojizo del tamaño de una cabra,
que al ver a la mujer sentada en la orilla se volvio sobre sus
pasos, regresando por donde habia aparecido. Viendo la mujer que
el agua a penas cubria las patas del animal comprendio que ese
era un lugar por donde se podia cruzar el lago, cogio a su hijo en
sus brazos, lo siguio y llego sin dificultad alguna a la otra orilla
donde de nuevo nacia el camino.
La mujer regreso por el mismo lugar y cuando llegaron los que estaban
recolectando comida les informo sobre la existencia de aquel vado.
Cuando todos estuvieron reunidos ella los guio por ese vado, y
todos ya estaban a salvo de sus enemigos.