Una vez Òshun fue a ver a Orúnmìlà por ciertas dificultades que tenía y éste le marcó Ebo, con tres comidas y tres caldos distintos (quimbombó, bledo, blanco, verdolaga, plátano, harina y ñame). Todo esto lo tenía que llevar Eegún en tres puntos distintos, Òshun le respondió: ¿Y cuánto cuesta eso? Orúnmìlà le responde: siete onzas. Ella dice: ¿Nada menos que siete onzas, las únicas que yo tengo?
Òshun salió diciendo: ¿Qué hago? Bueno, ahora iré para las plazas y buscaré a tres criados, una para que le lave las ropas, la otra para que me cocine y la otra para que me limpie la casa y así lo hizo. Llegó a la plaza y vio a una mujer vendiendo cocos y le preguntó: ¿Cuánto ganas? La mujer respondió: yo 20 centavos: Bueno, ¿si, o le doy Usted viene para que me lave? La mujer respondió que sí. Siguió el recorrido y se encontró a otra. Òshun le propuso darle 6, para que Ie cocinara y ésta aceptó.
Siguió su camino y se encontró a otra vendiendo Plátanos y la contrató también. Cuando llegaron a la casa ya era de noche y las mujeres se asombraron al ver aquel palacete. Òshun les dijo: Bueno, ya todos están descansando en sus cuartos, preguntándole a la primera como se llamaba, diciéndole Ada, a la segunda, que le respondió que Dogober y la tercera se llamaba Lorichá.