Cansado estaba Obatalá de que lo estuvieran engañando, presentándole la oportunidad de darle un escarmiento. Un día se le enfermo una de las mujeres que estaba a su servicio y Obatalá mandó a buscar a los tres Awoses más famosos del pueblo. Cuando éstos llegaron ya Obatalá les tenía preparado una mesa con los mejores manjares que existían, invitándolos a que se sentaran a la mesa, pero uno de ellos, al ver tanta comida, se repugna y le entraron deseos de vomitar, entonces se retiró a un lado de la sala, sentándose en un sillón en un lugar apartado de la mesa. Obatalá le pregunta: ¿Qué te pasa hijo? Él le respondió: Nada papá, que yo no me siento bien, así que usted me dispensa, pero yo no voy a comer. Obatalá le respondió: Esta bien hijo mío, otro día será, mientras que los otros awo comieron hasta saciarse, cuando terminaron de comer, Obatalá les dijo: Señores, yo los he mandado a buscar porque hay una mujer que está enferma en esta casa y yo quisiera que ustedes me la sanaran, ya que ustedes son los Awo más famosos de este pueblo, es por eso que los he mandado a buscar para ponerla en sus manos y que sean ustedes los que me la curen. Obatalá mandó a buscar a la mujer y ésta se presentó a los Awoses y éstos le mandaron un Ebo. Entonces Obatalá se acercó al Awo que se sentía indispuesto y le dijo: ¿Hijo qué tú crees? ¿Qué mal aqueja a esta buena mujer? El Awo le respondió. Papa, para yo saber que aqueja a esta mujer tengo que registrarla primero, si no como voy saber el mal que le aqueja. Obatalá mando a buscar los tres Awoses otra vez y cuando éstos llegaron ya Obatalá les tenía preparado otro banquete, superior en manjares y bebidas al anterior. Los Awoses se sentaron a la mesa, pero el Awo de la vez anterior que se había enfermado, al ver tanta comida, esta vez le paso lo mismo y se volvió a retirar a un lado, sin probar bocado de la comida. Cuando terminaron los otros de comer opíparamente, Obatalá les dijo.; Bueno, ustedes no me han preguntado por el estado de la mujer que estaba enferma, los Awoses contestaron: Papá nosotros no hemos preguntado por ella porque esa mujer debe de estar bien, ya que nosotros le mandamos Ebo, para su curación, Obatalá contestó: ¿Ustedes saben lo que han comido? Los Awo le contestaron. Papá nosotros hemos comido una carne exquisita y Obatalá le respondió: No, ustedes (o que han comido es carne de Iku, ya que la mujer murió al día siguiente de ustedes haberlo marcado el Ebo y yo como escarmiento para Ustedes se las mandé a preparar en la comida que ustedes se han comido, para que otro día hasta que no estén seguros de una cosa no hablen y no estén diciendo cosas por gusto. El único que se salvó de, comer de IKU fue el Awo que no marco el EBO por no haber registrado antes a la mujer.
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