La hija de Olófin vivía entristecida y nada le llamaba la atención. Un día salió con su padre y a lo lejos divisó a un mono que tenía nueve colas, llamándole poderosamente la atención, a tal extremo, que le dijo a su padre que le ofreciera en matrimonio, el cazador quo lograra cazar a ese Mono, sin dañarlo. Salieron los cazadores de la comarca, pero ninguno logró cazar at Mono, ni siquiera verlo. El cazador menos considerado. fue a ver a Órúnmilà y éste le mandó un ebo con hueso de jamón, esencia, valeriana, eja para el ebo cordel y que después de hacer el ebo se bañara el eja y et hueso de jamón, diciéndole, además, que pusiera el ebo en una loma y que se acostara allí. Al olor que daba el hueso de jamón, vinieron todos los animales, incluso el mono de las nueve colas en el momento que estaba entretenido el Mono haló el cordel y lo enlazó, llevándolo a Olófin. Olófin le concedió la mano de su hija y se casaron.
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