El Aküko tenía deseos de tener varias mujeres y se dirigió a la Tierra donde había muchas mujeres. En esa tierra había una seca muy grande y por el camino se encontró con Eshu, el cual le preguntó para dónde iba le dijo: A una Tierra donde llueve mucho y voy por allí para impedir que siga lloviendo y Eshu se fue molesto y para fastidiar al Åküko hizo caso de no tener Asé y mando bastante agua para ese lugar. Al llegar concedieron lo que pedía, o sea, tener muchas mujeres.